Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

sábado, 27 de septiembre de 2008

Mujer lugubre


Aquella mujer lúgubre
que me mira con sus ojos negros
odiándome y anunciando
muerte y destrucción


Con su piel blanca y fría como
el frío mas intenso que congela
mi alma y mi corazón calido

Y su boca de labios pintados del
negro mas tenebroso, poco acogedor
que habla de sufrimiento y dolor
eterno sin compasión

Su cabello negro que parecen
látigos de martirio imparable
que inspiran esclavitud infamia

Madre



Tu que con una mirada
puedes ver lo que pasa adentro
de mi corazón

Que con una caricia
alivias hasta la mas triste
pena que me angustia

tu que con un abrazo
siempre me reconfortas cuando estoy
dolido

Que con solo una lagrima
dejas triste hasta los Ángeles
y la luna misma

Quien siempre estarás conmigo
aun después de irte me cuidaras
conforma de astro desde el
cielo infinito

MADRE

jueves, 4 de septiembre de 2008

Luna de cemento


Luna de mi ventana
Luna sólida
Luna que ilumina mi indigencia
Luna de mi soledad
Luna suburbana
Luna pálida
Luna entristecida
Luna de mi embriagues
Luna que me remuerdes
Luna que me ensangrienta con la mirada
Luna que me observas
Luna de calle