Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

domingo, 8 de marzo de 2009

Crónicas de un hombre sin rumbo Parte uno: el desierto, rumbo a nada


Sonaba el viento en las dunas, hace poco hubo una cruzada, no quedaba nadie mas que un soldado cruzado tirado en la arena viendo como los cuervos y los buitres volaban en circulo encima de el, en un ultimo vistazo ve una forma acercándose lentamente hacia el cerrando así sus ojos siguiendo tirado en la arena de las dunas al sol. Luego una hora desmayado abrió los ojos y vio la figura que se movía en frente del dándole agua, lo único que veía era su barba en el mentón preguntándole quien era y por que lo lleva si morirá. Insistentemente sin preguntarle se lo llevaba, lo levanto y se lo llevo en la espalda, trataba de ver la cara del pero una capucha le cubría la cara excepto el mentón; llegada la tarde despertó en un oasis en medio del desierto, se impresionó que estaba sin armadura en una carpa, con una voz ronca y solitaria escucho la pregunta como te llamas, solo respondió Alain entonces con su capucha puesta le agrega en una frase “bienvenido al oasis de Timimoun”; luego de esto se vistió y asomo su cabeza, la primera impresión fue que había carpas por todos doquier, turcos en cantinas improvisadas en mas carpas, incluso las herrerías. Era un pueblo de carpas en medio del desierto; busco con la mirada al tipo que lo salvo, cuando esta apunto de salir le toca el hombro y lo entra a la carpa advirtiéndole que no salga así, si un guardia lo veía así lo mataría así que se quede allí y el le conseguirá ropa adecuada para pasar desapercibido. Luego media hora apareció con una tunica y un turbante para que salga
Pasaron ya tres días de su llegada, solo veía al hombre cuando el traía algo; un día le pregunta por que tenía todo el tiempo con el una espada sino al usaba nunca, con esa pregunta el desenfunda la espada saliendo un filo oxidado que era más que café de tan oxidada que sonaba al salir por el rose; con esto el le recomienda que al restaure e sea desintegra sola con al misma calma le responde que sabe eso y no la afila por porque no quiere gastar en algo que no usa.
Paso una semana de llegada, se empezó a cuestionar donde iba por que nunca lo veía a menos que viniera el a traerle algo, así que salio en medio de al noche escondido viendo que hacia: lo siguió a una carpa donde servían cerveza y agua estuvo una hora allí; al salir despertó de al espera continuando su seguida llegando a una roca aun kilómetro del oasis, de verlo derepente aquel hombre le avisa que no tiene que esconderse sabe donde esta y que lo a estado siguiendo, con esto va donde el, dudoso le dice porque mira arriba; sin crepúsculo le cuenta que al luna es una musa nocturna que se saca el velo del día y se muestra tal como es ya nadie la ve mas que el , con esto se dedica a mirar y callar escuchando el silencio del viento en las dunas de la arena que parecían olas en un mar de arena. Rompiendo el silencio le pregunta de que país es, el se quedo callado respondiendo con otra pregunta ¿de donde venia para llegar hasta haca?, orgulloso le contesta que viene de Francia; con esta respuesta le contesta que si luchas por un poco de tierra te amarras al mundo y dejas de ser libre para vivir, que asi de esa manera se sentía de debe pesar en que hacer.
A la mañana siguiente despertó solo en al arena, lo único que izo fue volver al oasis que a duras penas se veía desde allí, pensaba en lo que le dijo el, se puso a pensar porque se hato al ejercito si deben pensar que esta muerto, tenia razón. Ya paso un mes de su llegada se sabía donde estaba todo, hasta hizo un par de amigos, un día llego a su carpa y vio un papel en su alfombra que decía:

Alain:
Tu compañía fue grata, ahora te dejo ya que este es mi modo de vida, ojala que allá sido de gusto mi compañía; te deje chelines en casi de que necesites. Ahora sigue tú solo, yo solo te di una ayuda para que sigas sin mi sin problemas. Afile la espada como me recomendaste ese día, ahora la cuidare.
Por cierto soy español y me llamo Miguel, te deje un mapa para volver a Francia si quiere volver aunque lo dudo.

Consigo leído esto el se entristeció por que justo estaba hablando con el, pero el lo quiso así.
Solo dejando sus huellas en la arena con solo su espada y un poco de agua en una cantimplora a pie solitario con su capucha dejando a la vista su mentón con barba, el no pensaba ni cuanto faltaba para su próximo destino, solo miraba el sol para ver la hora en que salga la luna, así observarla sin nada mas que hacer.
Camino y camino mas allá de de lo que un hombre puede callado; encontró un palmera solitaria donde acostarse llevaba cuatro noches; al despertar eran ya recién las nueve pensó, con eso siguió caminando; a lo lejos ve a alguien de negro con un turbante y un pañuelo, solo sele veían los ojos: aquel hombre en medio de la noche lo amenazo con robarle, sino lo mataba, con estas palabras se saco la capucha, sacándole a la fuerza de un tironeo lo que curia su rostro con esto agarro su cabeza y lo miro fijamente diciéndole que el cobarde es el que amenaza para vivir sin causa alguna El hombre asustado salio corriendo sin causa alguna dejando su pañuelo en el suelo arenoso.
Ya era el cuarto día de viaje, vio una señora a lo lejos don un jarrón de inmediato pensó que había un poso donde llenar su fuente de bolsillo, las horas eran eternas para alguien ajeno al miedo de esperar. Llegado al pozo lleno su cantimplora mirándose al agua, noto que estaba n un pueblo que ni siquiera le llamo la atención, arena, casas nada interesante.
Miro su bolsa tenia veinte chelines de oro, se compro un poco de fruta y pan, comió un poco; en eso ve un niño en la calle de dejo cuatro chelines y la mitad del pan para que no muera de hambre, al hacer eso sus recuerdos llegaron como un vistazo al miedo mas interno. Recordó cuando era un niño que vivía con su madre y su padre sastre, se acordó que un hombre le había dejado ocho chelines ese día , con ese dinero le compro víveres a su madre al saber esto su padre lo golpeo y lo llevo al hombre que le dio los chelines, para hacerle saber que no necesita caridad de gente de la realeza; al ver al hombre que se los dio pidió perdón, su apariencia era muy denigrante la ropa gastada y pelo largo descuidado por los viajes, antes de irse el hombre detuvo al niño. Le dice que viaje sin pensar donde y será libre para siempre.
Dejo el pueblo, camino mas todavía cuando dejo atrás el desierto noto que llego a un pueblo con costa, es eso pensó y pensó decidiéndose que había conocido todo el desierto era hora se conocer el mar. Quedándose sentado en al orilla admirando la playa y su atardecer

1 comentario:

Srta. X dijo...

Wow Como me gustaria vagar sin rumbo y salir del Sistema, ser nadie teniendo todo el mundo para regodiarse.

Me encanto la Historia!!