Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

viernes, 7 de agosto de 2009

Aplausos al cielo




Doy un aplauso
a los que se lo merecen

A las madres solitarias
que se levantan
después de mil guerras

A los que luchan
porque no temen
a un mundo de mentiras

Para el pobre que ve el mundo
desnudo sin vendas falsas
que será Compensado
con un cielo después de sufrir

Al que recorre el mundo;
vuela sin límite alguno
que lo a hace libre
en sueños y en la realidad

Para los solitarios eternos
que siempre sabrán que,
los demás nunca enfrentaran
algo por si solos al miedo


De las frases y palabras
porque alguna ves movieron,
moverán y mueven al mundo
sin ser lastimadas hasta la inmortalidad

Solo un aplauso que signifique

1 comentario:

Roberto_Carvallo dijo...

Puta que está bueno este poema...es como una canción un himnos para los pobres anónimos...
aplausos a la distancia.