Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

viernes, 11 de septiembre de 2009

Corazón frío


Tengo un corazón

que no siente

miedo ni pudor


No llora ni sufre


ni dolor ni pena

que no palpita


La sangre no da

la vida que tiene

el frío lo consumió


Tus lágrimas extrañan

lo único que lo

vio vivir alguna vez


Te extraño

te deseo


El hielo lo hizo

más pequeño

nada siente, solo

tu falta y soledad

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