Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

jueves, 5 de noviembre de 2009

viejo libre


Pobre hombre que mira
ante el ojo de rico millonario.
sonriente come su hogaza
para el su hogaza es tu amor
un sonrisa su regalo

Un fantasma, una sombra
o un espacio es su nombre
mi abuelo veré, tu abuelo veras
nuestro abuelo te recordara

Si el cielo es del, no se
donde iré a parar con mi muerte

El rico se quema en las cenizas,
cenizas del dinero que no dio
que el mismo diablo quemo
una sonrisa que no quiso recibir

Te recuerdo ene se callejón
el vino y la hogaza tu compañía,
los perros de la calle tus hijos,
hijos que como tu son ignorados

Mira sus sonrisas del más joven
al más viejo es un placer,
el placer de verla y decir que
nunca será encerrado como yo,
encerrado por mi voluntad

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