Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

viernes, 22 de octubre de 2010

Pesadillas


Cuando la noche cae
las bestias llegan
donde los sueños caen

Renacientes del mundo
como plagas muertas
moribundos en nosotros
ojos rojos observantes
las pesadillas viven
como los sueños
como ellos moribundos

Viendo del mas allá
almas malditas
abran sus mentes
al final del sueño
en manos oscuras
como el alma
de aquellas exiliadas

Bestias perdidas
en busca de sueños.
Muertos en búsqueda
de valientes perdidos
cuidado con ellas
tus miedos alimentan
para matarte durmiendo

Como la noche
nunca morirán

viernes, 15 de octubre de 2010

amaneceres


Cuando aparece el sol

te veo a ti a lo lejos sonreír


Caminamos solos de la mano

hacia un lugar donde soñamos


Queremos la felicidad siendo imposible

sin distanciarnos lo suficiente


Desaparecemos para vernos

en noches sin fin


Brilla el cielo nocturno solitario

con nosotros como testigos


Oímos voces de nosotros mismos

distanciados que el viento trae dulcemente


Te quiero

pero no puedo estar contigo

lunes, 11 de octubre de 2010

Lían


Cuando veo tu sonrisa

el sol nace de nuevo dentro de mí

Escuchar tus pasos

como un campaneo dulce de amor


Unos risos

robados de dios en solo tres risas

déjame verte

para ser feliz un día mas de gris


Como no serlo

viendo tu felicidad

mucho por vivir, mucho por ver

Te mostrare el mundo

Con un viaje sin fin

Solo agárrate de mí


porque yo te protegeré.

Piececitos pequeños

risas de amor


robas el corazón

sábado, 9 de octubre de 2010

Lo que piensa un borracho cesante


Despierto en la mañana con la resaca, pienso en beber otra cerveza pero me dan ganas de cagar, mientras me sentaba en el trono me di cuenta que tenía que comprar papel higiénico así que ടോമെ una cuenta que tire anoche, la revise entre tanta mugre y note que era un aviso de corte de luz, la mire nuevamente y me limpie. Cesante sin nada que hacer fui a un bar por una cerveza, de repente me acorde que debía dinero a un tipo que me amenazo si me veía de nuevo. Como vi que para variar no tenía ni uno en mi billetera di una vuelta en mi escarabajo del 73, los bocinazos me dan dolor de cabeza, paso ese pensamiento por mi cabeza en el momento. Mirando el volante para distraerme un rato me doy cuenta que hay un anillo negro en mi mano derecha que antes no estaba, me acerque un poco mas para ver los detalles veo que tiene una inscripción y un dibujo que resaltaba ante todo; un bocinazo me despertó del trance en que me dejo el anillo, lo insulte por la ventana y de marcha para irme a casa.

Aburrido de andar por ahí gastando lo poco de gasolina que me quedaba compre un cigarro con un billete que encontré en el suelo. Prendí el cigarro me serví un vaso de cerveza con un poco que encontré en un envase del refrigerador, prendí la televisión y sintonice morande con compañía, tengo que admitirlo, estaba con ganas de ver algo de adultos.

Dormí con la boca abierta en el sillón con el cigarro en la mano derecha más la televisión encendida con su chirrido de “fuera de señal”, como habrá llegado allí ese anillo no se, porque solo recuerdo una resaca maldita.

martes, 5 de octubre de 2010

Despierto durmiendo


Despierto en las noches

asustado de mi vida

como una pesadilla viva

de la que no despierto


Cierro mis ojos

para ver como los demás

pero no puedo.

he nacido para sufrir


Para no sentir nada

no lo necesito aprender

lo aprendi con el tiempo


Despierto en las mañanas

pensando en noches eternas

durmiendo despierto sin saber,

como despierto duermo mi voz


Mis voces suenan sin callar

diciéndome versos perdidos

por el tiempo sin escribir

quela muerte dejo ahí


Nunca he dicho te amo

porque no puedo decirlo

sin que mi boca se niegue

con miedo a la despedida


Miro al cielo preguntando

¿por qué a mí?

sin tener respuestas.