Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

lunes, 4 de abril de 2011

Penas tragadas


Penas que me duelen
hasta mi corazón gris sin vida
duermo con ellas
sin llorar a mi augurios
en mis dolores
en mis penas
en mi sufrir
en mi lastima.
No lloro mi sufrir
ni lo que llevo en mi corazón
sin nadie con quien hablar
y llorar lo que no se llora
por mis miedos tristes

Como una estatua inerte
quieto en la lluvia
penas que me trago con valor
y mis tristezas que no olvido
bajo el velo del llanto
perdidos entre el miedo
Penas tragadas que no se van

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