Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

viernes, 16 de octubre de 2009

La maestra


La caricia de amar

la caricia de enseñar

y un vals bailar

soñar con enseñar

para mi quiero


El fin triste esta

de esperar esta

aquella caricia al enseñar

y mi diccionario dejar

sin la pizarra mirar

y tus no estas

la clase no tiene calma

la tiza el afecto

el borrador la experiencia


De que tú jamás

te iras nunca olvidare

llegar al final

la clase eterna finaliza

y te vas


Tu enseñar llega

al corazón tú mirar

deseo tu huella seguir

se borra al mirar


La puerta se abre

de que no vendrás

me entristece volver

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