Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

domingo, 8 de noviembre de 2009

Verso perdido


De paso la muerte se robo
un verso sin pudor

Metiéndolo en su bolsillo
un bolsillo sin fondo

Hurgando todo se encontró
menos mi poema
una huella se encontró
con una nota de dolor

El piano sonó, entono una canción
amargo sonó, como un trago
de palabras muertas, de una boca
muerte como los dedos

Dedos de un viejo gruñón
un secreto sabía, un secreto
de un verso perdido por la muerte

Por la nota que busca
“verso negro en papel negro”

Cuatro nombres, cuatro hombres
de nombre y vicio

El suicida, el avaro, el borracho
y el ladrón, todos ríen menos
yo

1 comentario:

Miss Porkerías dijo...

hermoso, aunke extraño...