Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

sábado, 3 de julio de 2010

tormenta de mi cabeza


Veo al lluvia caer

como mis recuerdos felices

en un lago de mis memorias

abandonados en un reflejo viejo


El viento ruge

como las voces escuchadas

en algún tiempo de mi vida

que se quedaron paralizados

en mi mente llena de tormentas


Hielo y nieve que retorna

en lapidas de gélido hielo

con nombres de mis felicidades

muertas en las sombras talladas

por mi mismo y la soledad


Donde las palabras son escuchadas

alguna vez quedaron en un sin fin

de pensamientos olvidados en mi cabeza


Como una nota sinfónica

me sumen en un sueño maldito

de imágenes de un largo de recuerdos,

perdidos ante mis ojos ciegos


Rodeando una lapida en particular

de un corazón de hielo y Pierda

tallado por al sombra de mis pasados


Conservando solo una foto que me ilumina,

mas que una foto, solo mi única felicidad existente

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