Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

viernes, 2 de enero de 2009

Perdonando



Perdón
Por perdonar
A los que no
Merecen perdón

Porque son los
Que nunca morirán


Perdón
Por juzgar a los que
No merecen ser juzgados

Porque ellos
Son los que nos deben juzgar


Perdón
Por cuestionar
Por que lo cuestionado
Es al respuesta viva

De eso yo no
Cuestionare


Perdón
Por no hablar
Cuando era necesario

Por que de allí se callan
Las lenguas blasfemas


Perdón
Por no escuchar
El silencio de razón

Por que de ese silencio
Nace la voz que lo mata


Perdón
De lamentarme
Porque imito al desquiciado

Así viviré la locura inevitable


Perdón
Por elegir
Cuando el destino
Es el que elige

De el nace lo que
Es correcto y erróneo


Perdón
Por pedir perdón
Me lamento con
Con un puñal llamado
Compasión mutua


Perdón por caminar
Pero así veré lo que vivo


Perdón
Por mirar a los ojos
Así me doy a conocer
A los que me lastiman

He así como mato el alma


Perdón
Por hablar
Así matare mi única
Compañía existente

Nunca vivirá el silencio
Si hablo no lo escucho


Perdón
Por enamorarme
Me vendo los ojos solo
Y quedo ante mis enemigos

Aun así podré vivir pero
Sin ver los cobardes
Que me ataquen


Perdón
Por aguantar pacientemente
La vida no se espera
Se reclama al hecho

Si escribo es que
Odio al mundo y el me odio a mi

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