Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

sábado, 5 de junio de 2010

Hojas sueltas

Hojas sueltas

olvidadas en la vida

en blanco tiradas

esperando ser ralladas


No se como escribirlas

tampoco tengo idea de cómo hacerlo

ni a donde voy e iré


Me pregunto

¿Qué hacen ahí tiradas?

como mis manos ambulantes

de un pensador olvidado


Serán miedos en blanco,

pensamientos que no se pensaron

ideas sin ideas a la deriva

o quizás mi vida maldita


Cuarenta años en hojas

no se que significaran

o que vallan a significarse


Un desorden sin solución

que similitud con mi vida


Maldigo esas hojas

que no se como rellenar

sin pensar demasiado

ni tampoco para ordenarlas.

Mejor las dejare ahí tiradas

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