Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

viernes, 29 de agosto de 2008

Noche de sangre y miradas


Aquella luna roja gitana, como la sangre. Mirándome anunciando con la mirada mi destino asesino marcado por la sangre de mi victima marcada por al muerte irradiada por mi al avanzar con lo que cambiaria mi destino y el de el.

Al avanzar pensando que le are para acabar el ciclo vital del, apagando su flama de la vida. Vigilando su sueño temporal que se convertiría en un sueño eterno que duraría para siempre. Alzando mi machete oxidado por el tiempo que avanza lentamente mientras lo alzo al movimiento de la mano innata, viendo como se derrama su vida por su cuello, al igual que por sus miembros expulsados, jugando con su vida, armando y rearmando como un infante con bloques de madera.

Marchándome del lecho de hurto de vidas me alejo al compás del caminar solo con su corazón en mano izquierda y su cabeza en la derecha, sin sus globos oculares en su lugar, extraídos al igual que su vida de avaricia y riqueza. La luna me mira preguntándome con la mirada mas profunda preguntándome que hago con su corazón y su cabeza ensangrentada con su vida acabada.

le respondo-solo lo que me pide mi instinto demolido por la vida y la discordia de mi soledad-. He llegado a mi fin botando su corazón en un frasco y su cabeza e la lanza del destino en mis exteriores territoriales fuera de mi morada de soledad, con solo una cosa que hacer, es mas que soñar que esto nunca pasó

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