Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

sábado, 27 de noviembre de 2010

Caperucita XXI


Suena el televisor a media noche mientras una gota de sangre corre desde la pantalla.
Se llamaba Esperanza Camila del Rosario pero era más conocida como Caperucita, su fama se debía a que siempre un hombre la asechaba en los callejones para obtener algo de ella, generalmente sexo.
De pequeña su vida fue dura, su madre la abandono a los cinco años, dejándola sola con su padre que no era la persona mas adecuada para encargarse de una niña, el era un borracho que cambiaba cada mes de empleo, caperucita le decía “el año de los doce empleos” pero no lo mencionaba muy a menudo ya que su padre se enojaba y la golpeaba. Los goles no solo llegaban con los comentarios agrios, también cuando se emborrachaba y abusaba de ella, con el tiempo los golpes le provocaron excitación antes de tener sexo. La última vez que su padre abuso de ella le dio un infarto que lo llevo a la muerte, recordando la primera vez que fue violada por el a los 12 años.
Despertaba mañanas por medio con hombres distintos en camas distintas, tomaba el dinero de las billeteras que encontrara a su vista y las drogas que hallase tirada por ahí, se iba sin despertar a nadie. Caminaba por la calles a deshoras para llegar a casa para solo sentarse en el sillón para inyectarse, constantemente se cortaba los brazos y la cara con trozos de vidrio para que los hombres no la miren con ojos de sexo desenfrenado, al ver esas miradas solo levantaba el dedo del medio en dirección a ellos. Siempre había un hombre borracho que le ofrecía una copa pero ella respondía que eran veinte la noche más dos cervezas; la gran mayoría no accedía al ver sus cicatrices, se espantaban y la insultaban, ella solo se reía y esperaba a otro que si quisiera.
Caperucita era manejada por sus adicciones, gastaba la gran mayoría de su dinero en drogas pero cuando no tenía pagaba con sexo si aceptaba el vendedor; “Carlos el trafi” como era mas conocido en el barrio. Había momentos en que el hambre era más grande y seducía a los vendedores de tiendas con sus escotes pronunciados y se iba sin pagar despidiéndose con un beso. Un día en su camino un vagabundo le dice que como se olvida de saludar al viejo Cokie, caperucita saludo cordialmente ignorando que Cokie le recordó que tenía que saludar.
Nunca supo porque era feliz sin que alguien se preocupara de ella por como era en su interior y no por su llamativa figura femenina, en ese sentido era especial; los ladrones de las cercanías no le robaban por respeto de catre según ellos; caperucita tenía sexo con ellos a cambio de conseguir drogas para ella. Con las drogas y el alcohol superaba su sueño frustrado de aparecer en la televisión, lo soñó desde que era una niña inocente, hasta ese día eso era lo que la mantenía en una depresión junto con un montón más de otros problemas. Una noche cualquiera se dejo llevar por sus impulsos depresivos y tiro una botella de cerveza a la muralla, tomo un pedazo de vidrio y se corto como de costumbre, con la excepción de que esta vez corto muy profundo, partiendo en dos un nervio del cuello; Desangrada el suelo no se supo nunca mas algo de ella hasta el día en que la encontraron muerta en su departamento. Cumplió su sueño de aparecer en la televisión pero no pudo disfrutarlo como habría querido

jueves, 18 de noviembre de 2010

Cuarenta grados


Son cuarenta grados anunciados por la radio mientras Clara conduce su Chevrolet camaro del 67, repentinamente en auto comenzó a fallar y se escucho un estruendo en el motor. Clara muy preocupada se bajo y abrió el capo, una nube de vapor le envolvió el rostro. Miró el camino de su derecha y con la mano en la frente avisto un restaurante que apenas se veía, tomo las llaves y su billetera. Bajo el sol incesante pensaba en como arreglaría su Chevrolet camaro del 67 mientras caminaba al restaurante; luego de veinte minutos al sol llego a un estacionamiento cercano al restaurante, lo primero que vio fu el nombre del restaurante entre la polvareda que no se disipaba, alcanzando a leer “Sun food”, entro al restaurante y una campana sonó y todo miraron a la puerta para saber quien era, Clara solo saludo con una sonrisa y se sentó en la barra, hasta ese momento no pidió nada entonces, un hombre desconocido le acerco un baso diciendo que iba por la casa, ella solo dijo gracias. Tomo el baso de agua de a poco pensando en su auto abandonado en medio de la carretera dibujándolo en una servilleta con un lápiz que se encontró en la barra. Todos sus pensamientos son interrumpidos cuando un hombre extraño le pregunta si tiene algún problema, rompiendo el pensamiento de Clara; entre nostalgia y preocupación le dice que tiene su auto en pana a veinte minutos del restaurante, al escuchar lo del auto el hombre le ofreció su ayuda ya que trabajaba como mecánico en el estacionamiento del restaurante, ella muy alegre por la noticia le pidió que fueran cuando baje el sol. Pregunto el nombre de el para por lo menos conocer a quien reparaba su auto, este le dice que se llama Carlos. Carlos grita a la barra que traigan un a ronda de cerveza para el y ella, toma un sorbo de la cerveza y sonríe diciendo que esta buena. Mirando el rosto de Clara se dio cuanta que tenía hambre y pide un especial para ella, Clara pregunta por qué pidió un especial.

Para entretenerse en el transcurso de la tarde conversaron hasta que el sol se fuera, ambos preguntaron al otro que hacían en el desierto, el respondió que estaba de vacaciones y pensó que sería interesante explorar el desierto, Clara solo dijo que lo quería recorrerlo por un mes ya que tiene que trabajar el próximo mes y el tiempo será lo último que tendrá a su disposición.

Clara miro al ventana y el sol se estaba ocultando, aviso a Carlos para ir por el auto. Escuchaban radio mientras Clara miraba el camino para sacar el auto, el saco una cuerda gruesa de la camioneta y la engancho con el auto de Clara, Ella muy alegre de su suerte lo espero adentro de la camioneta, recordó que tenía un abrigo en el auto y bajo para buscarlo. Ambos partieron hasta el restaurante. Al siguiente día lo fue a ver para saber que tenía su auto, noto que estaba reparando un parabrisas, Carlo caminó hasta el auto de ella y movió la llave del auto y este funciono como si nada hubiera pasado, el solo le explico que se calentó el motor. Feliz de la noticia lo invito a tomar desayuno, luego se despidió con un beso en la mejilla.
Escuchando la radio Encaminada a Arica mientras esta anuncia elevados grados de calor, siguiendo su camino al ritmo de la canción emitida por la radio dejando polvo en la carretera.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Mi niña linda


No dejes
ni te detengas
de ser feliz
sique viendo
para yo ser feliz
que ver tu sonrisa
me alegra
como mil soles

Piececitos blancos
solo corren
para ver al sol
que los días
tristes con nubes
tú asomas el sol
para mi sonreír

Sigue el arcoíris
mientras puedas
juega ante mis ojos
mientras te vea
para no llegar
al atardecer de mi vida

Solo sonríe
para verte siempre
y no se me olvide nunca

viernes, 5 de noviembre de 2010

Patria


Que es patria
escucho en las calles
patria no es ser,
es la sangre que corre
por las venas
tu orgullo de la cuna.
El alma cantante
sin hablar
los tambores
suenan alegres
como mi sangre
corre a ritmo

Si muero por ella
moriré luchando
si vivo por ella
vivo luchando
si llama
iré hacia ella
cantando sus colores
con honor como dijo alguien
levante la mano
para tener algo de ella

lunes, 1 de noviembre de 2010

Estatuas



Estatuas calladas
sin expresar nada
miran al cielo
con ojos fijos
sin decir nada
quietas sin lugar
ni tiempo donde
ni momento existente
donde estar

Sabiduría absoluta
ignorancia del mundo
lleno de blasfema
danza al viento
noche y día
viva sin vida

Miro al horizonte
preguntando sin saber
¿dónde mirara?
sin fin alguno

Caminante inmóvil
¿Dónde vas?
ojos fijos azules
no se que hacen
pero lo que quiero
ver como ellos