Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

lunes, 2 de marzo de 2009

El vino de la pena y el desahogo


Un hombre compraba su caja de vino para embriagarse y olvidarse de su penas con tal de no saber nada, aquel hombre descuidado por la cesantía desde hace un mes hasta que su hija enfurecida para que omniscientemente el se ayude con las pocas fuerzas de razon que le quedaba.
El mira la caja en tristeza inventando una excusa para sentarse par zafarse de al situación de vergüenza misma dándose cuenta de lo bajo que ha llegado a vivir sin algo porque luchar, mirándose su parca desteñida y su buzo Adidas viejo y sus zapatillas desgastadas, oliendo su olor a copete dándose cuenta que su hija solo lo trata de sacar de aquel abismo en que se encuentra atrapado sin poder salir solo, enojada y triste la hija le exige que nunca mas le venda aquel veneno que lo estaba matando por dentro que alguna vez se le pudo dar una oportunidad de comenzar de nuevo

1 comentario:

Fer dijo...

Entraste al colegio, cómo te fue?
quiero saber.

Es bonito leerte..