Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

lunes, 13 de abril de 2009

Crónicas de un hombre sin rumbo parte tres: huellas en la nieve del camino


Por mas de tres meses camino por España, su nación que el desconocía tanto como un extranjero en tierras ajenas; una noche mientras dormía le cayo un copo de nieve en la cara, luego otro hasta que despertó de la molestia por lo húmedo de ellos, abrió los ojos y río pensando en el hermoso momento, nunca lo había visto antes los comparo con un desierto blanco nunca antes visto; tomo la decisión de seguir su marcha aunque tenia un poco de frío pero eso no lo detuvo, lo comparo con una tormenta de arena pero esta era helada. Sus marcas dejaban en la nieve al caminar que resonaban al pisar, recordaba las noches en Barcelona de su niñez, cuando le cantaba canciones su madre para dormir mirando la ventana recibiendo un beso en la frente seguido de un arrope con las sabanas calientes.

Paso el rato la caída de la nieve paso a ser una tormenta, con las pestañas con escarcha le costaba abrir los ojos, a lo lejos diviso una cueva brillante; agachando los ojos siguió caminando a la cueva acercándose cada vez mas: con frío y cansado llego a la cueva, estaba con solo una fogata y se sentó al lado para calentarse, con este fuego intento sacar el hielo del deslice de su espada ya que no podía abrirla con el hielo cuando de la nada nació una voz de la entrada, preguntando que hacia aquí, sin miedo a la voz le dice que solo se calentaba, no podía seguir con la tormenta, el hombre crédulo de la respuesta se acerco diciéndole que se llama francisco y es un soldado explorador seguido de la pregunta de cómo se llama el, con la mirada en el hielo pensando como sacarlo el le dice que se llama miguel, que solo viajaba cuando lo pillo la tormenta derepente y no pudo seguir mas. Interesado le dice que sacara el hielo de la espada con un cuchillo caliente dándole un cuchillo para pasárselo por el hielo calentándolo en el acto entregándoselo de inmediato, francisco dejando su leña que llevaba le pregunta que hacia por estas partes, con una sonrisa le dice que viaja por el mundo por todas partes, desde el desierto mas seco al mas frío hielo de Rusia. Viendo el fuego francisco le pregunta si tiene hambre ofreciéndole una carne que dejo cociendo antes de que el llegara a la cueva, respondiéndole si se saco los guantes para comer cerca del fuego; dél silencio Miguel pregunta por que se perdió, entre risa y Francisco hacia un reconocimiento cuando volvía a la base lo pillo la tormenta recordando el entrenamiento hizo un fuego.

Pasaron la noche conversando de aventuras, en eso le pregunta dónde queda Francia y le dice que dos kilómetros depuse del ultimo pueblo luego de eso solo durmió para irse a la mañana siguiente. A la mañana siguiente se levanto temprano y escribió” gracias” en el suelo de la cueva con un palo yéndose dejando huellas en la nieve, cuando despertó Francisco con un nota que decía encima de su pecho que decía:
Me lleve tu cuchillo, te dejo diez chelines por ella.
Miguel

Sonriendo así que buen tipo ojala hubiera más como el en España.
Solo , callado mirando el paisaje caminando en al nieve húmeda observando fijamente el camino, cuando de repente avista un lobo grande inmediatamente mirando a los ojos al lobo; los dos estaba quietos mientras el recordaba d su niñez cuando un día en otro bosque se encontró un lobo cuando un lobo lo mato por atrás en eso ataca el lobo y el se mueve sacando el cuchillo apuñalando al lobo por el pecho en el aire; la nieve se tiño de rojo alrededor del lobo muerto se puso a pensar en que le daría frió así que se llevo el cuerpo del lobo a un cueva cercana que encontró en el camino.
Paso oras desollando la piel del lobo recordando como lo hizo el hombre que lo salvo, le empezó a dar hambre pensó si sabrá bien la carne de lobo; luego de haber comido mira afuera era de noche, bueno pensó tendré que hacer una fogata, juntó la leña unos diez minutos pensando que hacer con las entrañas y como sacarlas. Llego al cueva lo primero que hizo fue a limpiar el cuchillo y a afilar sus herramientas ya que no lo hacia en días, con un fuego encendido puso la piel del lobo la puso a cerca por haberla mojada para limpiarla la sangre antes de usarla unos días mas tarde, durmió seguro de si mismo como nunca. A la siguiente mañana tomo su cuero y se fue dejando solo huesos y un charco de sangre. Sin darse cuenta se fue a aun manzanero que después se convertiría en un bosque de manzanos; disfrutando de la vista escucha una mujer pedir auxilio arrojándole nueve desde lo alto de los manzanos, con solo verla le dice que caiga en sus brazos, ella sin aviso se lanza bruscamente haciendo que se caiga sentado
; ella solo se río junto con el, parando de reír le pregunta hace cuanto estaba allá arriba, ella recuperada de la risa le dice como hace una hora, cuando recogía manzanas verdes la escalera se callo; dudoso le pregunta para que quería manzanas verdes y ella entre risa le dice que le gusta las manzanas verdes con sal. Luego de las preguntas la bajo para que camine ella grito y le dice que le duele que es mejor que al cargue a su casa, riendo brevemente le dice que si. Caminando le dice que es un viajero, ella es la dueña del manzanal, le agrego que si quería un poco de cerveza helada, seque aquí estamos cerca de Francia; con la atención llamada por lo de Francia le pregunta a cuento del pueblo queda Francia ella feliz le dice que como a dos kilómetros; llegaron a la casa de ella, copito sobre sus aventuras, de repente la dueña de casa le hace un pregunta, ¿hace cuanto tiene esa piel de lobo tan bien sacada?; orgulloso le dice que se la saco a un lobo que lo ataco hace unos días. La señora y ella le dice si quiere pasar la noche allí, el contento dice que si agregándole que se llama miguel; se presenta con el de Liana y su madre María.

A gusto desvelado miraba la luna pensando en su amor en el barco camino a España recitando el mismo ritmo de aquella noche. En al siguiente mañana se fue temprano dejando una nota con un gracias, siguiendo su camino solitario; estaba oscureciendo le dio frío y se acordó de la piel del lobo para aponérsela, recordó automáticamente una fogata cerca, noto que la nieve se disipaba y se reemplazaba por posas de agua, y llovizna entre medio.

Solo escuchaba las gotas caer en las posas sin importarles, buscaba una luz pero no veía nada por al lluvia, hasta que encontrar una casa abandonada donde refugiarse en la noche

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