Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

jueves, 30 de abril de 2009

Poema de cuaderno


Con un verso comencé
mi lápiz moví

Con ese lápiz cree
al crear llene paginas

La primera, la segunda,
hasta el ultimo verso

La primera un hola,
quiero iniciar ahora

La ultima un adiós
se termino el camino

Con eso dije hola
al otro, comienzo de nuevo

Mire aquellas páginas
Mire los desvelos en ellas
los recuerdos del ayer

Recordé el placer de conocerla
y el dolor de dejarla ir
Sin decir adiós

Vida por página
página por vida

Este es mi adiós,
Pero olvidare lo que no inicie

1 comentario:

Rodrigo Quelopana dijo...

esto huele a recuerdo... se nota la melancolía, la poesía a veces cura en otras ocaciones duele como loco, las dos son buenos indicios...

su narrativa es fuerte, siga escribiendo, su imaginación es desbordante.

saludos