Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte
Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía
No más

No quiero oírte
porque tu vos
me perturba
Mirar me maldice
observar tu rostro
de la verdad
Mudo quiero ser
para no romper
el silencio que amo
Sentir detesto
tocar mi realidad
que me quema
Oler jamás seria
un deber sin querer
un perfume de engaño
no quiero conocer
Cerrar los ojos
y nunca despertar
del sueño feliz
sin anda mirar
más que el blanco
infinito del silencio
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