Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

jueves, 21 de mayo de 2009

Para un amigo ausente


(Este poema lo dedico a Mario Benedetti que en paz descanse en sus palabras)

Donde estas que no te veo
Ley y me llego como un golpe,
Un golpe de Bukoski en la quijada
Con un dolor hasta los versos de Benedetti

Te busque en un libro
Te busque en mis notas tipo Verne

Si llegaste al cielo dile a alguien
Que me viste, aun que no creo

Vi tus lentes tirados, tus libros todo
Pero ahí nadie lo leyó
Le pregunte al borracho
Solo vomito y lo golpee

Fui a al licorería, estaba Kafka
Le pregunte y no entendí nada
Porque me hablo en ruso, luego a Lillo


Mire al cielo gritando tu nombre
Solo luz recibí entonces

Pasaron los años esperándote,
Note que te fuiste, en algo fue pensé
No fue en bus
No fue en avión
No fue tampoco en auto
Te fuiste al cielo

Si llego después quiero verte en la parada del bus

1 comentario:

Rodrigo Quelopana dijo...

digno homenaje señor matias... es increible como puede encontrar palabras precisas para el gran Benedetti. Al parecer lo marcó su poesía, bien me parece, lo mejor es haber citado a bukoswki...
es un poema lleno de nostalgia, me llegó... lo felicito, uno de sus mejores poemas.

siga escribiendo como un loco y no nos prive de la palabra.

habemos algunos que aún creemos en la maldita poesía.