Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

viernes, 3 de julio de 2009

Soledad


Quiero estar solo
Y sentir el augurio
De la soledad que mata

Sentir aquel silencio
Del vacío de mi corazón
Sin nada que sentir

Tocar el frío más helado
Que se allá conocido;
Que cierre y selle
Para siempre mis labios

Decir todo sin tener
Que hablar ni expresar
A la interrogante
Del mundo maldito Que
Me cuestiona constantemente

Sentir al cuerda de
La marginación en mí
Cuello muerto dejando
Libre el alma y rondar
Por el mundo guardando
Silencio eterno son prejuicio