Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

jueves, 8 de octubre de 2009

Guerra en Asgard


Es una noche de tormenta nevada, la más fuerte del año de Asgard, las normas pisaban la nieve que hacia sonar sus pasos hasta su hoguera a descifrar el acontecer sangriento que teñiría al blanca nieve de Asgard.

Había un soldado llamado Onund que era un soldado mas del ejercito de Odín, pero este tenia la excepción de que el hablaba con los dioses. El frío solo propagaba muerte al espíritu de los hombres marchantes, las miradas de odio eran iguales a la de Fenrir, intimidante a la hora de gritar en al guerra.

La batalla empezó la masacre de sangre que corría por las armas y las pieles de lobo, las hachas y espadas retumbaban; Onund veía la muerte a que dirección se dirigía en su caballo negro, en un cerrar de ojos de segundos la muerte de flecha se disfrazó para atravesarlo mas cuatro iguales. El tiempo se detenía ante su caída que evitaba tratando de dar unos pasos con su espada antes de morir llevándose consigo al filo de ella unas vidas de sus enemigos, al caer del todo y machar la nieve de rojo el tiempo se detuvo y vio que no tenia su espada en empuñada, pensó en los miles de drakkars en que vinieron para no volver más; expectante con las otras almas que también estaban ya muertas esperaban que la guerra terminara para que llegaran las valkiria para llevárselos al Valhalla cosa que el sabia que Odín no haría por algo a cambio.

Con el don que tenía recordó que tenía el uso también en al muerte para hablar con Odín. Invocando una audiencia con el temía que sus cuervos lo atacasen a la orden del si no hablaba bien lo que el quería, implorando que todos sus hombres sean recibidos en el Valhalla prometiendo ser su guerrero eterno hasta que el lo quiera. Al oír esto Odín le concedió el favor dándole vida nueva en los que aun estaban de pie para luchar por el dando el descanso a sus hombres de guerra. Solo vasto con un rayo del martillo Thor para callar los gritos y masacres de al guerra; hasta el día en que murio por segunda vez Odín le hizo el fin de su batalla y eterna y lo dejo entrar a el Valhalla con sus soldados de toda al vida.

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