Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

viernes, 3 de septiembre de 2010

Cuando despertamos



Caemos de la felicidad

Como en una pesadilla

Lamentándonos porque paso

Que hicimos y que lo causo

Nos olvidamos de lo bueno

Vivido como si hubiera muerto

Recordando al niñez pasada

Como un presente vivo

Nos miramos a lo lejos

Mintiéndonos siempre

Que riendo ocultamos algo

Oscuro como el pasado mismo

Vemos las sombras

De pisadas dejadas al andar

Extrañamos si nos vemos

Como si fuéramos a seguir+

Igual toda la vida

Nos mentimos hasta a nosotros

Imaginando ser felices

Sabiendo que adentro nos morimos

Desde que despertamos

De los sueños vivos guardados

Somos libres pero lo ignoramos

Para no saber otra cosa para ser.

Reflejados en incógnitas mentales

Que nos quitan la vida

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