Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

sábado, 21 de agosto de 2010

Pedacito de cielo y tierra


En al niñez soñamos
y jugamos a la felicidad
sin que nada importara

Un día se nos cae
el trozo de cielo jugando
cayendo a tierra en
empedrados y vidrio

Aprendamos a sangrar
como también a lamentar

Olvidamos la felicidad
como también olvidamos
que no toco serlo

Caminamos descalzos
sintiendo dolor sin gritar
con nuestras alas cortadas

Vivimos a sueños rotos
añorando el cielo de ellos
pensando que estarán en
nuestro lugar para ganar el cielo

Como aprendemos con el
nos desengañamos de lo visto
hasta lo muerto vivo.
Queriendo volver a ese pedacito
de cielo perdido como
la inocencia que tuvimos antes

2 comentarios:

Srta. X dijo...

cada vez que avanzamos en el tiempo, perdemos muchas cosas ke nos gustan, pero adquerimos otras.

como siempre me encaanto tu entrada

Anónimo dijo...

asi es la vida!!! a veces te traga y nos olvidamos vivir...