Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

domingo, 27 de marzo de 2011

Cuento corto


Estoy aburrido en mi casa sin nada que hacer, enciendo la televisión en blanco y negro que solo sintoniza los canales nacionales. En el red solo daban sus películas de antaño, típicas donde el sonido tiene su chicharra de tan viejas que son; canal siete solo daba comedias al igual que el trece y por último él mega y el chilevisión con sus novelas mexicanas.
En fin, desesperado de hacer algo con mi ocio tomé un par de cuentos de mi sobrina ya que estaba jugando afuera. Comencemos con la lectura, “había una vez una niña llamada caperusita” o como también “habían tres cerditos”. Me repugna leer esta basura pero es lo que hay, se me ocurrió cambiar la historia de los cuentos a mi antojo para darles algo de interesantes, y dice:
“erase una vez tres cerditos cafiches que solo sabían comer y cagar y aun así con 30 años vivían con su madre (¿patético no?), un día su madre los hecho de casa a punta de revolver y una java de cerveza a medio beber. Salieron huyendo a distintos parajes cada uno; al primer cerdito se le ocurrió vivir del robo, pero no cálculo que con 120 kilos no alcanzaría correr una cuadra con el botín a punta de pistola hechiza. Quedo detenido por robo y termino asesinado con dieciséis apuñaladas, nadie supo quién fue. El segundo Cerdito se dedicó a la venta de cocaína con el lobo traficante, al mes de comenzar con el negocio la PDI incauto todo y el lobo lo inculpo de todo negando toda participación, lo condenaron a muerte a ambos. Para terminar, el último cerdito fue secuestrado por las FARC y lo asesinaron con torturas...fin
Tome el cuento de caperucita roja, o aborrezco más que a todos los cuentos infantiles existentes. Lo cambie y dice así:
Se llamaba caperucita la puta (me suena a título de película pornográfica), un día su madre la envío a entregar a su abuela sus tanques de oxígeno, la vieja de tanto fumar termino con cáncer terminal la muy miserable. Sin salirnos del tema principal, caperucita caminaba por el bosque meneando su trasero de un lado para el otro mientras en lobo desde los arbustos la seguía quedando cada vez más duro mientras más la miraba; el lobo salió y se cruzó en medio de su camino y le pregunta por qué tan sola por estos lugares. Caperucita como tenía clara las intenciones de él lobo y le pregunta que si acaso quiere el petardo sí o no? , el lobo levanto su falda y ella se enrojeció, le explico que tenía prisa así que esta vez tenía que ser rápido ya que tenía que ir a dejar los tanques de oxígeno a su abuela. Por su lado él pensó que no le interesaba si la anciana se moría o no, el solo quería tener ese trasero en sus manos y quedarse en la entrepierna de caperucita, además no le quedaban muchos años así que no era tan importante eso. Caperucita convencida de quedarse un buen rato haciendo un buen polvo de lo golosa que estaba ya no le importaría cuanto se demorara; en pocas palabras el lobo le dio como perrito, incluyendo el kamasutra entero. En resumen el cuento corto es que la abuela se murió por la falta de su oxígeno y caperucita se empezó a ganar la vida con el sexo pero para el lobo era gratis.
Llego mi sobrina y las moleste un poco, luego me fui a ver la tv para no seguir leyendo los cuentos de mi sobrina.

1 comentario:

Srta. X dijo...

que creativo el cuento...jajaja!!!