Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

martes, 8 de marzo de 2011

Tumba sin nombre


Muerto en mis augurios anónimos
quiero morir de angustia
como también de pena
en mi tumba sin nombre
sin darme cuenta
que morí sin pena ni gloría
olvidado por nadie que supera quien soy
sin recordar la lápida anónima
que ni yo sé de quién es
o quién la forjo a mis espaldas.
Muerto en anonimato
muerto sin haber vivido antes
una piedra en el camino
de mi tumbas negras
olvidadas sin mí para olvidar
de que yo no las recuerdo
nada en memoria, ni recuerdos
que el tiempo dio a morir.
Muerto que nadie conoció
que viví y no lo se
que morí y tampoco lo se
no sé el nombre de él difunto

1 comentario:

Srta. X dijo...

gracias por la carta...y x todo