Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

lunes, 9 de mayo de 2011

Cumpleaños bukowskiano


Que importa si envejezco
que importa si me arrugo
y quedo como una pasa
de que me emborrache con el tiempo
y no me di cuenta de nada
que me empiezo a parecer a mi abuela
y me hago sin saber en la ropa.
La juventud me dejo ¿¡y qué!?
deje muchas botellas
tiradas en mi viejo cuarto
aprendí mucho sin querer saberlo
canoso. Feo, arruado, que feo soy ahora
mis mujeres de billetes que olvide
e hijos que no conozco repartidos por ahí.
Tantas cervezas y resacas malditas
que me partieron la cabeza y seguía bebiendo
prostitutas apagadas, gratuitas, fiadas, no se
hasta algunas con perro muerto.
Envejezco hasta parecer decrepito
soltero y feo, borracho, resacado día a día
no me importan las arrugas idiotas
billetes que tire y tirare sin pensar
los gastos de cerveza y en los hijos
que de aburrido paso el tiempo borracho
feliz cumpleaños me digo ebrio
pero sobrio en mi cabeza escupo vodka

2 comentarios:

Srta. X dijo...

apesar de todo, noto a este viejo, un tanto melancolico.

es solo una apreciación, no es ke sea así.

Srta. X dijo...

se me olvidaba decirte que fué bueno hablar contigo el otro día