Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

jueves, 30 de junio de 2011

Mujeres ideales no hay (parte I)


Que importa si una mujer
es fea como una pie lleno de lagañas
o linda como una actriz de cine XXX
si es tan buena cocinera como en la cama
o ninguna de ambas sepa hacer bien
como si me importara si es
fría que no me den ganas de ir con ella
o tan cálida que me ahogue
si le preocupo si estoy bien
o tan mal que embriago con nada
como par arte de magia cervecera
de que fueron hechas para quererlas
y no para entenderlas
porque si fuera así los hombres
no tendríamos canas por ellas
si produce una erección con solo verla
o no produce ni caspa
que no importa si tiene senos
grandes como las de una actriz porno
o como los cerrillos de arcilla
el placer de dios que nos otorgo
la maldición de nuestros errores

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