Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

sábado, 22 de agosto de 2009

reflejo ajeno


Me mire

en mi reflejo

tan claro como el agua

no veía más que

yo mismo

Nacieron incertidumbres

preguntas, incógnitas

¿Qué mira el?

¿Me quera decir algo?

En su rostro no me vi

un vacío sin luz

ni camino alguno

una interrogante

grande sin resolver

ojos fijos y hondos

ningún sentimiento

alguno ajeno

el tiempo se detuvo

para ver si había señal.

En silencio apunto

al cielo oscuro

Un cielo que

yo no veo

inverso al mío

que nadie conocía

como el lo hacia

Al aparecer no era yo

se parecía a mí

solo sonrío y volvió

a imitarme para volver

a ser reflejo muerto

en un espejo también

muerto sin salir

1 comentario:

Fer dijo...

Me conmovio por completo el texto..


Muchas veces me siento asi.