Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

viernes, 28 de agosto de 2009

La búsqueda del licano


Mirando nostálgicamente bajo los recuerdos en su jaula de soledad fría y dura mirando a la luna llena en la pequeña ventanilla de piedra y barras carcomidas por el tiempo en su esquina oscura del castillo frío. Quiere estar en compañía de la figura oculta en sombras nocturnas danzantes en una noche de luna llena, la musa imposible de su ventana, algo inalcanzable para el excepto en sus pensamientos solitarios al dormir.

El no sabe si querer salir de ese lugar pidiendo dentro de si a lágrimas de ojos cerrados, su esquina oscura para ver a su musa de más cerca entre las tinieblas de la noche en pena alumbrada por al luna llena resplandeciente que ahuyentaba las pesadillas del licano. Mientras su mente lo perturba con la idea de escapar entre un lucha de paz dominada por un deseo descontrolado de salir de su encierro de siglos rodeado de piedras muertas y frías en oscuridad. Corriendo en un bosque donde la luz es solo un rayo minúsculo que muere ante ella buscando lo que no se encuentra, una mirada de luna provocadora, perdido en sus miedos de no ver la luna de la búsqueda perdida inexistente, pensado que no regresara más si no la encuentra diciéndose a si mismo ¿Qué hago si no la encuentro?, ¿Qué busco ahora que no lo encuentro?
Consolando aquellos sentimientos ocultos que el conocía y nadie más conocería. Aullando con al voz interna del alma quebrada por el sentimiento si existiría una razón para hacer llorar a alguna penuria que lo consuele. De en medio de la oscuridad del bosque nace una oyente de tal sufrimiento bestial, una dama blanca envuelta en un vestido negro como la noche, labios rojos como al sangre de un mortal; acariciándolo en su cabeza par quitarle tal sufrimiento en su alma de bestia sin destino mas que de ser un ser prohibido de la noche, recordándole el amor inalcanzable que nadie podía darle a excepción de la luna llena, su temor a aquel sentimiento de consuelo de alguien ajeno. La caricia de tal dama misteriosa logro lo que nadie logra en una bestia, diciéndole en el oído como el susurro de un viento de invierno “tu alma descansa pero tu búsqueda termina al Alba, con palabras tan sabias un llanto desesperado nació como un amanecer de claro de luna cerrando los ojos de una lágrima de felicidad, al abrirlos misteriosamente la dama blanca no estaba. Como si la luna hubiera encarnado en forma de mujer, de salto desapareció en el bosque oscuro dejando en su corazón un recuerdo que no seria olvidado ni por el tiempo ni las razones de este.

Recordando la imagen blanca envuelta en una vestido negro de noche como la dulce vida nocturna, la búsqueda del licano termino, cansado reposo en al soledad con solo al imagen de la luna brillante llena sabiendo que ella siempre lo consolara.

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