
Los faroles se apagan
con la muerte
en sus andanzas encorvada
como si ya no quisiera vivir
Con un cuervo en el hombro
y un búho presentándola
cordialmente como en una gala
lee su lista refunfuñando
de la hora que le toca
visita las puertas finales
de la vida ajena a ella
Los gatos maúllan anunciando su llegada
quebrándose la cabeza de dolor
a la falta de lo que no consigue
Los ojos entre abiertos de la gente
observan una sombra caminar
dejando su rastro decadente en las calles
muertas como ella y sus pensamientos
recordando lo que olvido
tomando su mano y escribe
Danzante en su lugar
celebra como duermen
embriagada de pereza
y los pecados con que se limpia la nariz
inexistente que no tiene
yéndose por donde llego
con un cuervo picando su cabeza
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