
Mi dueña es la amante
sin nombre que me tiene
a su merced sin necesitarme
el tiempo pasa amargamente
sin avanzar bajo el minutero
de plata que se negó a correr
Asesinado por el cuchillo
de oro en mi corazón
la conozco sin saber
siquiera quien es ella
o quien fue anteriormente
amantes iluminados a oscuras
por sombras sin vida viva
Mi vida mía que sufre
sin castigo ni suplica
Muertos nos encontramos
bajo un bosque vivo en otoño
caminamos de la mano
sin saber por qué nos conocemos
tampoco por qué nos amamos
menos si no conocemos el verbo amar
solo somos dos corazones
No hay comentarios:
Publicar un comentario