Prologo de un poeta que ya murió sin ver la muerte

Mi poesía es un grito en la oído del hereje que es ciego, el anuncio de la muerte que vive para irse conmigo a un baile de versos y estrofas que nacen de mi mano que me lleva de vuelta a al vida para perturbar con lo que sale de mi boca, de mis poros, de mi lengua anticuaria difuminada por el tiempo, por mis dedos grises de mis manso mas grises todavía

miércoles, 1 de octubre de 2008

Angelitos al horizonte


Mirando desde la pradera la vi tocándose su vientre con una mirada de amor que solo una madre tiene donde reposaba su fruto de esperanza después de ese calvario en su vida sabiendo que ese niño le dará otra oportunidad de vida, toda esperanza llega tarde o temprano, de haber mirado con ella ese atardecer recordando aquella otra mujer visto llorar por la perdida de lo mas maravilloso que tenia, que se lo arrebato en un lugar donde no podía protegerlo ,mas que sentir su presencia, aquellas lagrimas de dolor inmenso que solo el tiempo curaría a largo plazo después de años de sufrimiento dejando un manzano que les recordaría que ese árbol cuidaría bajo su sombra protectora a ese niño que nunca vio el mundo.

Ese mismo manzano plantado para recordar aquellas lagrimas de dolor que se transformaría a su tiempo en una sonrisa de alegría y felicidad de amor de un Nagel que si conoció este mundo que tuvo la suerte de salir a este mundo siendo cuidado por alguien que nunca tuvo esa oportunidad.

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