
Había una ves un feliz lugar llamado manicomio de la felicidad, se llamaba por que todos sonríen aunque estuvieran tristes o llorando. Todo es felicidad debido a su psiquiatra.
Un día cualquiera llegaron nuevos pacientes el les mostró sus cuartos y les dio un paseo En al mazmorra del manicomio, al abrir la primera habitación de tortura vieron la tortura de un paciente que gritaba, que le enterraban un taladro en la rodilla mientras le abrían los parpados para k viera mensajes subliminales de tortura con felicidad. Los pacientes nuevos se colocaron más nerviosos. El psiquiatra le dijo que se calmaran, que sus no eran alaridos de dolor, si no de de felicidad ellos quieran huir pero Teodoro su asistente los tenia apuntando con una pistola.
Llego al final del pasillo, los abandono a en una sala de tortura, entraron de las sombras de un abrir y cerrar de ojos varios encapuchados, al alejarse el psiquiatra se escucharon los alaridos de dolor de los nuevos pacientes que se unían a la felicidad. El psiquiatra se largó a reír macabramente y cuasimodo lo siguió con su canto por los alaridos, esta fue la factoría de la felicidad de donde vengo y que me hizo feliz
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